Tanto si se padece sordera como si no, es posible experimentar fatiga en la forma de oír y de atender. Entenderlo y ponernos en manos profesionales como las del Centro Auditivo Sancho Ramírez puede ayudarnos a sobrellevarlo y disminuir su afectación
Todo ser humano ha experimentado algo tan natural como la fatiga. El cansancio. El momento en el que nuestro cuerpo no ofrece el mismo rendimiento que cuando estamos frescos y descansados. Los estudiantes, por ejemplo, atienden mejor a la primera clase de la mañana que a la última de la tarde, es evidente. Lo mismo pasa a nivel auditivo, ya que tanto si se padece sordera como si no, es posible experimentar fatiga en su forma de oír y de atender. Sin embargo, pese a que le sucede a personas sin ninguna patología, se incrementa en quien padece una pérdida auditiva. Por la mañana se despierta fresco y con energía y puede atender con mayor facilidad a quien le habla, pero según pasan las horas, nos cuesta más mantener la atención. Si esa persona que quiere hablarnos lo hace en una cena en un restaurante tumultuoso, nuestra fatiga nos lleva irremediablemente a desconectar, en el mejor de los casos, o a una razonable frustración.
Causas de la fatiga auditiva
Entre las causas que aceleran la fatiga auditiva destacan la pérdida no tratada o incluso leve, la pérdida auditiva mal resuelta y la contaminación acústica de nuestro entorno. La mayor parte de las sorderas que presentan fatiga auditiva corresponden a pérdidas neurosensoriales (relacionadas con el oído interno).
Tratar de hacer vida social con una pérdida auditiva no tratada es como ir todo el día jugando a la ruleta de la fortuna, viendo solo algunas partes de las palabras y teniendo que adivinar el resto. Es agotador. Nos pasamos largos ratos intentando completar las frases para entender a nuestro interlocutor. Y aun así, puede que nos equivoquemos. La mejor manera de completar rápidamente los sonidos ausentes es utilizar los audífonos que mejor se adecúen a nuestro tipo de sordera.
Audífonos, ¿yo?
Si ya somos usuarios de audífonos y nuestra fatiga no disminuye, debemos asegurarnos de que nuestro audiólogo ha adaptado correctamente la programación y la ha ajustado con medidas de Verificación y Ajuste Real (medidas REM y REAV, por sus siglas en inglés). Esto hará que cada sonido se acomode con precisión a la necesidad que presenta nuestro oído en cada una de sus áreas frecuenciales y reducirá nuestro esfuerzo para entender el habla.
Aún realizando todas estas pruebas de ajuste, el entorno acústico juega un importante papel en nuestra fatiga auditiva, ya que no es lo mismo descifrar el mensaje en una conversación a solas en el salón de casa que entender al compañero en una cena de empresa en un restaurante alborotado.
¿Cómo aliviarla?
Ponernos en manos de un centro auditivo especializado es esencial, porque el audiólogo es quien debe juzgar las características técnicas que mejor van a paliar nuestra sordera y fatiga. A día de hoy, existen prestaciones acústicas de una altísima sofisticación que permiten focalizar el habla en ambientes ruidosos. Otras permiten una recepción dinámica y cambiante del habla según la posición de nuestro interlocutor. Existen sistemas de realce del habla de personas “susurrantes” que la destacan sobre el ruido. Los audífonos más recientes permiten la cancelación de ruido combinada entre ambos oídos y permiten que la recepción de la voz en los micrófonos tenga en cuenta nuestro movimiento, nuestra posición respecto al hablante y la mejor relación señal-ruido en ambos audífonos. Hay fabricantes que incluso han desarrollado una ventilación variable para cerrar la entrada de ruido ambiental en entornos ruidosos y abrirlo cuando el ambiente es más favorable. Todo ello de manera automática.
El Centro Auditivo Sancho Ramírez es especialista desde hace 17 años en la realización de medidas REM y REAV con un notable éxito, todo ello para lograr que los audífonos de altas prestaciones nos ofrezcan el mayor rendimiento para minimizar los efectos de la fatiga auditiva
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