Hablamos con la autora de ‘Salvando a Caperucita Roja’, una obra literaria que aborda de manera conmovedora el tema del abuso y maltrato infantil. Claudine Bernardes es máster en Narrativa en Terapia y prolífica autora de cuentos infantiles, en colaboracióncon Graziela Eskelsen, consejera tutelar con más de diez años de experiencia en la atención a víctimas de violencia infantil. Este libro no ofrece instrucciones ni moralejas, y no utiliza la expresión “abuso sexual” de manera explícita. Actualmente, el libro está disponible en español, catalán y portugués, y próximamente se publicará en euskera. El libro es de Batidora ediciones y puedes comprarlo directamente en internet.
Siendo un tema tan delicado incluso para adultos, ¿cómo lo abordan para destinarlo a niños, en particular que han sufrido abusos?
Es realmente un tema delicado, por eso hemos creado un cuento también muy delicado y respetuoso. Es un cuento simbólico, que utiliza como base narrativa ‘La Caperucita Roja’ y que habla a los niños diciéndoles que, a pesar de los problemas que surjan siempre habrá alguien que los escuchará. Que ellos deben seguir adelante y que pedir ayuda es importante. Es un cuento que trae esperanza al corazón de todos los niños, principalmente de aquellos que se encuentran en sufrimiento.
¿Existe un patrón en los abusadores sexuales?
Muchos creen que los abusadores son desconocidos, pero no es así. Más de 80% de los abusadores están en el entorno familiar y social del niño. Suele ser una persona que se aprovecha de la cercanía y la confianza para practicar el abuso. Eso nos dice que el abusador es como el Lobo Feroz, disimulado, a la vez que voraz y utiliza el engaño para manipular el entorno y la víctima.
Save the Children’s informó que 8 de cada 10 casos son perpetrados por una persona cercana al menor, ¿cómo puede prevenirse este problema si los abusadores pueden estar en la misma casa que las víctimas?
Creo que educar y concienciar a la sociedad, las familias y los niños es esencial. Todos debemos aprender a reconocer indicios del abuso y el maltrato en niños y adolescentes. Debemos enseñar a los niños desde muy pequeños a reconocer y nombrar correctamente las partes de su cuerpo; hablar sobre los secretos buenos y malos, y que con los papás no debe haber secretos. Decirles que las partes íntimas de su cuerpo no deben ser tocadas por otros y pedir ayuda si se sienten en peligro, inseguros o inquietos por algo. Para esconderse, los abusadores se utilizan del silencio producido por el miedo de hablar sobre el abuso sexual. Ese tabú es como una niebla donde el abusador acampa a sus anchas.
Ese mismo estudio indica que solo el 15% de los casos llegan a denunciarse, ¿cómo cree que se podría fomentar la denuncia?
Como dije antes, la solución es quitar la niebla que hay alrededor del abuso sexual. Para que las víctimas se sientan seguras en hacer la denuncia necesitan saber que serán arropadas y recibirán ayuda. Las víctimas necesitan reconquistar su voz y encontrar oídos que las escuchen y las ayuden.
¿Cómo se puede detectar si un niño está siendo víctima de abusos?
Cada persona es un ser subjetivo y va a responder de una forma, pero los indicios más comunes son los cambios en el comportamiento, como el aislamiento, la evitación del contacto físico, el rechazo a ir a la escuela o actividades sociales, el nerviosismo, la ansiedad, la tristeza, la ira o la agresividad. También pueden surgir problemas fisiológicos como dolor abdominal, dolor de cabeza, trastornos del sueño, trastornos alimenticios, orinar en la cama. Además, puede haber cambios en el rendimiento académico y conductas sexuales inapropiadas a su edad.
¿El libro puede ser leído por menores directamente, o conviene que sea con adultos como en ‘Carlota no quiere hablar’?
No hay ningún problema en que el niño lea el libro por sí solo, pero fue construido de forma que sea un puente entre un adulto de confianza y uno o varios niños. Los adultos tienen una concepción equivocada del uso de los cuentos, piensan que en cuanto los niños empiezan a leer ya no es necesario leerles cuentos. Pero los estudios prueban que contarles y leerles cuentos genera un estado de confianza y refuerza los vínculos.
¿Cómo surgió la idea y cómo llegó a unirse con Graziela Eskelsen y Ana Barbosa para escribir este libro?
Graziela y yo nos graduamos juntas en derecho. Posteriormente ella empezó a trabajar como Consejera Tutelar, algo parecido al trabajador social y yo me hice escritora y especialista en cuentos terapéuticos. Ella me invitó a unirme a este proyecto, me mostró la necesidad de crear un cuento que hablara al corazón de los niños y adolescentes que están silenciados por el abuso sexual. Elegimos a Ana Barbosa como ilustradora porque nos gustó su estilo y porque estaba dispuesta a trabajar en equipo, a hacer los cambios que fueran necesarios en sus ilustraciones. Finalmente, a nuestro equipo se sumó Luciana Reis, de Batidora Ediciones, ella aportó mucho a este libro. El resultado final es un trabajo de todas.
En el libro la figura del abusador está representada por el lobo, ¿los niños podrán realizar esa conexión?
Bueno esto es un poco complejo de explicar, pero intentaré simplificarlo. El Lobo Feroz es una imagen arquetípica del abusador sexual, de la maldad y la ferocidad. Esta información ya está en el imaginario popular, tanto de forma consciente como inconsciente. No necesitamos que los niños identifiquen el lobo exactamente como un abusador sexual, solo es necesario que sepa que es una representación de la maldad y del peligro. Tener cuentos con personajes que representen la maldad es esencial para fomentar el instinto de autopreservación.
¿Cuál es el propósito u objetivo que buscan lograr con ‘Salvando a Caperucita Roja’?
Tenemos tres objetivos y todos son importantes. Queremos despertar en los adultos una sensación de urgencia para que pongan su mirada sobre la temática. También deseamos prevenir el abuso sexual, al crear con el cuento un espacio, donde los adultos hablen con los niños sobre la temática de acuerdo a su capacidad de comprensión. Además, deseamos ayudar en la detección de casos de abuso sexual. Muchos niños y adolescentes se encuentran silenciados, o porque ya lo contaron a un adulto de confianza y este no les ayudó, o porque tiene miedo de contarlo. Con el cuento el niño comprenderá que el adulto que le está contando la historia conoce su dolor y puede ser la mano que le quite de la boca del lobo, como se ve al final del libro.
¿Libros como este puede conseguir que los niños abusados logren abrirse sobre momentos tan oscuros?
Sé que es posible, porque día a día estamos evidenciando esta situación. Os dejaré un ejemplo: los educadores de una institución observaron que una niña de 10 años con síndrome de Down presentaba indicios de abuso y maltrato. Pero ella casi no hablaba, entonces no conseguían extraer información narrativa para entender lo que pasaba y quién era el abusador. Decidieron leerle el cuento y al terminar de contarle ella dijo: “Papá monstruo”. Pero, no solo niños están siendo ayudados por este cuento, muchos adultos nos buscan para hablar de los abusos que sufrieron, es como si el cuento les empoderara para reconquistar su voz.
El libro está narrado por frases reales de niños, ¿se busca que de este modo puedan conectar más fácilmente y sentirse representados?
Así es, pero lo hacemos dentro de una narrativa muy poética que es completada por imágenes potentes y bellas. Lo hemos construido de forma que solo los niños que han sufrido abuso y maltrato consigan comprender el mensaje de “sé que estás sufriendo, sé que te han callado y sé lo que te han hecho, pero estoy aquí para ayudarte, puedes confiar en mí.” Los niños que no son víctimas verán un cuento que habla de dolor y de esperanza. Todos los cuentos deben traer esperanza.